Hay momentos en los que parece que la vida está en pausa, y quisieras tener un control remoto en mano, dar un click y saltar ese capítulo de tu vida, quisieras tener respuestas y sólo hay silencio…, así me había sentido últimamente…., sumergida en una rutina y cansancio crónico cada mañana, entonces llegue a mi lugar de trabajo y escuche a una persona que tenía alabanzas pero se me hizo poco profesional preguntarle si era creyente, más tarde tuvimos una charla de trabajo muy breve y me dijo: proyectas mucha espiritualidad, ( yo pensé: ¡si supieras como me siento!), el caso es que sin querer yo dije algo y acto siguiente el hombre se quebrantó, y me dijo: ¡Gracias!, ¡esto era justo lo que estaba esperando!…
Hoy yo quiero decirte a ti también dos cosas:
A. Dios no se ha olvidado de ti!, si el prometió él lo hará, no importa que tenga que mover cielo, mar y tierra!…yo soy de un país “x” y vivo en otro país “y”; y fui de trabajo al país “z”, sólo para transmitirle este mensaje a ese hombre a quien el Señor ama y cuida, tal como lo hace contigo y conmigo…, y sabes si tuviera que sortear de nuevo todos los problemas y contratiempos de este viaje, lo haría con mucho gusto, porque entendí que fui creada con un propósito que está muy por encima de mi entendimiento, y es un honor poder servir de esta manera, por aquel que lo es todo y quién nada necesita de mí.
B. Seguramente te estas preguntando qué le dije al hombre de la historia, pues bien esta es la segunda y última cosa que quiero mencionarte, pero por favor anótalo y atesóralo en lo más profundo de tu corazón:
“Yo conozco tus obras, tu arduo trabajo y tu paciencia. Sé que no soportas a los malvados, que has puesto a prueba a los que dicen ser apóstoles y no lo son, y que has descubierto que son unos mentirosos. Por causa de mi nombre has resistido, sufrido y trabajado arduamente, sin rendirte. Pero tengo contra ti que has abandonado tu primer amor. (Apocalipsis 2:2-7).
No te pierdas la segunda entrega de este tema; ¡hasta la próxima!.