La familia es el fundamento de la sociedad, si criamos a nuestros hijos con principios y valores cristianos seran hombres y mujeres de bien y asi hacemos sociedades mas saludables en el mañana.
Los valores son inculcados primeramente en el hogar, no en la escuela o en el vecindario.
La palabra de Dios es muy clara cuando dice en Proverbios 22:6 “Instruye al niño en su camino, y aún cuando fuere viejo no se apartará de el”.
Primer Valor: El amor a Dios y a nuestro projimo.
La Palabra de Dios dice en Mateo 22:37-39 “Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. 38 Este es el primero y grande mandamiento. 39 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.
Para conocer a Dios y su palabra un medio efectivo es el culto familiar diario.
Salmo 127:3 “He aquí, heredad de Jehová son los hijos: Cosa de estima el fruto del vientre”.
Somos responsables delante de Dios de la crianza que le hemos dado a nuestros hijos. Él no nos llamó a ser “populares” con nuestros hijos, sino a criarlos en su santo temor. La obediencia no es algo opcional, sino una exigencia.
“Y te mostraré que yo juzgaré su casa para siempre, por la iniquidad que él sabe; porque sus hijos han blasfemado a Dios y él no los ha estorbado. Por tanto, yo he juzgado a la casa de Elí que la iniquidad de la casa de Elí no será expiada jamás, ni con sacrificios ni con ofrendas” (1º Samuel 3:13-14).
Ora con ellos, antes de dormir, al levantarse y antes de comer. “Dad gracias a Dios por todo”, es un tiempo muy significativo de comunión con Dios y con nosotros como padres, pues abrimos una conexión de comunicación de todo lo que ha pasado durante el día, y también les estamos enseñando que Dios esta presente en todo cuanto hagan y cuanto tenemos. Aprenden que dependemos de Dios.
“Si cuida de las aves también cuidará de mí” . Ellos deben conocer que su máxima protección es Jesús, que esta con ellos siempre, y así podrán vencer el temor y la aflicción.
Enséñale versículos bíblicos, léele la biblia o cuéntale historias bíblicas, hoy en día encontramos mucho material para poder llegar a nuestros hijos, y créanme que les encantará escuchar como David venció a Goliat, como entraron tantos animales en un arca, y como Jesús murió por nosotros. Hay tanto que contarles y es la mejor manera de que aprendan su palabra.
“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.” (2 Timoteo 3:16-17).
Bendícelos en todo tiempo, nunca maldigas sus vidas, dales solo bendiciones, así ellos aprenderán a recibirlas y darlas.
“Y le presentaron niños para que los tocase; y los discípulos reprendían a los que los presentaban. Viéndolo Jesús, se indignó y les dijo: Dejad a los niños venir a mí y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios. De cierto os digo, que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él. Y tomándolos en los brazos, poniendo las manos sobre ellos, los bendecía” (Marcos 10:13-16).
Parte fundamental de nuestro sacerdocio como padres es el de la bendición a nuestros hijos. Cuando los bendecimos en el poderoso nombre del Señor Jesucristo, se los estamos “encomendando a él”, Por esa razón es que también los presentamos en nuestra congregación y nos alegramos juntos como familia delante de Dios.
El bendecir a nuestros hijos los libera, tranquiliza, resguarda, etc.
Esto es lo que dice la Biblia acerca de ser un padre. La manera y las formas en que los padres puedan emplear para enseñar la verdad de Dios, necesariamente serán variables. Pero esas verdades deberán estar siempre disponibles para ser aplicadas sobre cualquier vocación en la vida, viviéndolas y haciendo de ellas un estilo de vida. Así como el padre es fiel en su papel formativo, lo que el niño aprenda acerca de Dios, permanecerá en él/ella en buen lugar a través de toda su vida, sin importar lo que hagan o dónde vayan. Ellos aprenderán a “amar al Señor su Dios con todo su corazón, con toda su alma, y con toda su fuerza” y desearán servirle en todo lo que ellos hagan.
Segundo Valor: La disciplina.
La disciplina y la instrucción son parte integral de la paternidad. Proverbios 13:24 dice, “El que detiene el castigo, a su hijo aborrece; mas el que lo ama, desde temprano lo corrige.” Los niños que crecen en hogares indisciplinados se sienten rechazados y sin valor. Les falta dirección y auto-control, y mientras crecen se rebelan y tienen poco o ningún respeto por cualquier clase de autoridad, incluyendo la de Dios. “Castiga a tu hijo en tanto que hay esperanza; mas no se apresure tu alma para destruirlo.” (Proverbios 19:18)
Al mismo tiempo, la disciplina debe estar balanceada con el amor, o los hijos pueden crecer resentidos, desanimados y rebeldes (Colosenses 3:21 Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten). Dios reconoce que la disciplina es dolorosa cuando se ejecuta (Hebreos 12:11 11 Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados.), pero si es seguida por una instrucción amorosa, es en gran manera benéfica para el niño. “Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.” (Efesios 6:4)
En el caso de los niños pequeños:
No podemos criar a nuestros hijos sin vigilancia o control. Ellos deben ser instruidos, disciplinados y amonestados, para que adquieran conocimiento sobre el auto-control y la obediencia.
Revisen que están mirando y escuchando, “todo me es lícito mas no todo me conviene”, muchas ocasiones lo que ven y escuchan en tv o en la computadora no los edifica, eso no quiere decir que los apartes, si no que seas cuidadoso con lo que en lugar de construir esta más bien destruyendo, así que vigila y empieza a agregar información de Dios, con videos, música, libros de historias bíblicas. Verás como ellos mismos te pedirán explicaciones.
Tercer Valor: El Respeto.
En 1 Pedro 2:17 dice la palabra: Honrad a todos. Amad a los hermanos. Temed a Dios. Honrad al rey.
El respeto nos hace aceptar el valor propio y los derechos de las demas personas, y nos hace convivir en paz.
Debemos enseñarles a respetar a toda autoridad, a los padres, y a las personas mayores.
Cuarto Valor: el agradecimiento.
Debemos enseñar a nuestros hijos a ser agradecidos en todo lo que se les puede dar.
No le enseñemos a nuestros hijos a menospreciar lo que tenemos sino a dar gracias sabiendo que el agradecimiento nos abre las puertas de la bendición de Dios en nuestra vida.
Si no les inculcamos el agradecimiento ellos no vivirán con contentamientamiento.
Quinto Valor : La honradez.
La palabra dice en Levitico 19:13 No oprimirás a tu prójimo, ni le robarás. No retendrás el salario del jornalero en tu casa hasta la mañana.
Honradez es integridad en el obrar, es aquella persona que por sobre su necesidad económica hace prevalecer en su obrar lo justo y lo recto.
No podemos permitir que nuestros hijos lleven a casa objetos que no sabemos de dónde proceden.
No se da cuenta que sus hijos compran cosas que ellos normalmente no pueden pagar, no se ha preguntado de donde salen?
Hay muchos otros valores buenos como por ejemplo: la honestidad, la tolerancia, la responsabilidad, la bondad, la colaboracion y el perdon.